Equivale a la conjunción del Sol y la Luna en la primera casa del horóscopo, y actúa de la misma forma con respecto al carácter.
Este posición del Sol y de la Luna acentúa la conciencia del cerebro, otorgando gran actividad de pensamiento y rapidez de percepción, con fuertes inclinaciones a la excitación, dotando a los nacidos bajo esta combinación, de un intenso anhelo por estar al frente de todas las cosas y de ser pioneros intelectuales.
Esta posición, en efecto, da energía y vitalidad en abundancia, favoreciendo así la salud y larga vida.
Exhibe maestría, independencia y confianza en si mismo, formando una personalidad fuerte y original que sin lugar a dudas habrá de llamar la atención en su esfera de vida, y probablemente llegue a ser muy sobresaliente.
Con un horóscopo bueno, el nativo triunfa en el mundo.
Tiene aptitud para cargos de autoridad y responsabilidad, cargos que por lo general le parecerán naturales. En algunos casos es de disposición y modales militares, dominadores, irritables, intolerantes frente a la oposición o las contradicciones, duros e inflexibles.
Si recibe la influencia suavizante de Venus o Júpiter quizás desaparezcan las fases más desagradables de esta combinación; de lo contrario, será un tirano o un rebelde.
En algún periodo de su vida hay peligro para la cabeza, el cerebro o el sistema nervioso.
En este caso el Sol será mas fuerte que la Luna , siendo el signo Aries de la naturaleza de fuego, mientras que la Luna participa más de la naturaleza de agua.
El exceso de trabajo, la preocupación, la intensa excitación y el exceso de actividad (mental o física) tienden a producir enfermedades del cerebro, y si persisten, finalmente originan trastornos mentales.
Esta combinación aumenta el amor propio e introduce cambios en la vida debidos al exceso de independencia, surgiendo muchos problemas por actos impulsivos y una conducta demasiado brusca.
Esta persona necesita la influencia moderadora de Saturno, porque de lo contrario puede ser esclava de sus impulsos.
Hay tendencia a vivir demasiado en la mente, a hacer que el intelecto se destaque demasiado y, además, corre el peligro de centrarse demasiado en si mismo o de volverse orgulloso.