La Misteriosa Casa VIII
¿De qué trata esta casa?
Muerte, Sexualidad y Herencia son los temas que
constituyen la definición clásica de la ocho, estas no son experiencias
vinculadas caprichosamente al área, ahora afirmar que casa ocho es solo eso
sería una reducción comprensiva de la misma.
Vista en clave de viaje del héroe la casa ocho es
un desafío para el individuo. Es una prueba que transformará de manera profunda
al protagonista. Dicha prueba esta simbolizada en los relatos de diversos
modos, una muy recurrente es cuando el héroe debe enfrentarse a una
representación monstruosa de lo femenino, como Perseo frente a Medusa, Hércules
con la Hydra y Belerofonte con Quimera.
Ese enfrentamiento no es más que la dialéctica
interior entre lo luminoso y lo oscuro, entre la razón y las pasiones. En esta
dirección interpretativa, la conexión con la casa 8 marca un descenso al propio
infierno que se manifiesta muchas veces a modo de conflicto interno: ¿A quién
queremos vencer? ¿Quién es nuestra propia Hydra? ¿Qué gobernante nos envió a
destruirla?
Esa batalla no es más que una lucha contra nosotros
mismos. La octava casa nos invita a sacar algunos de los velos que separan lo
consciente de lo inconsciente. La propia energía que tenemos en la octava casa
irrumpe rasgando los velos, atravesando el himen que separa al yo de sus miedos
y potencias.
Detenerse en el aspecto sexual de la casa 8 nos
permite comprender la paradoja de muerte y creación, descenso y ascenso, ir de
lo más corporal a lo más espiritual. El acto sexual, carnal por excelencia, es
capaz de traer algo de la nada, de generar vida, en este sentido es un
acontecimiento absolutamente mágico.
Esta casa posee una facultad regeneradora y
vitalizante, en ella encontramos el poder de la propia vida que solo se
contacta y fluye por entrega y amor, a la manera del Dante en su viaje al
trasmundo, para quien la clave está en Beatriz, el amor que lo salva. San Juan
de la Cruz lo resume de modo brillante: noche que juntaste Amado con Amada,
Amada en el Amado transformada.
Atravesar ese umbral, sin embargo, y aunque pueda
parecer romántico, no es una tarea simple. Nuestro Ego tiende a querer evitar
experiencias que lo transformen, que lo trastoquen.
Vincular a esta casa con los fundamentos de la
alquimia puede ser ayuda para su entendimiento.
Podemos definir de modo amplio a la alquimia como
transmutación. En el plano concreto consiste en el procesamiento de los
metales, está vinculada al trabajo sobre la material y el paso de la material
densa a la material sutil, como enseña la Tabla de Esmeralda.
La formula alquímica Solve et Coagula (disuelve y
coagula) es la expresión sintética de la propuesta de la casa ocho. Es
necesario el descenso a la oscuridad de nuestro propio infierno, etapa que los
alquimistas denominan el momento de la Nigredo (negritud), como paso previo y
obligado para alcanzar luego de un largo proceso la opus Magna (gran obra) y
así llegar al oro. Según la visión de Jung simboliza el camino a alcanzar el
Sí- Mismo.
En síntesis en la casa 8 reina la paradoja, ya que
la luz no llega después de la oscuridad sino que está en la oscuridad, el
ascenso es por el abajamiento.
El fragmento de Heráclito, el Oscuro, lo dice muy
Claro
"El camino hacia arriba y el camino hacia
abajo es uno y el mismo".
Autor: Pablo Telias.