LA LEY PERSONAL
Autor: Ernesto Cordero
En el curso de las 9 sesiones del proceso de sanear
lo relativo al trauma de nacer un trabajo importante a establecer es lograr la
“ley personal” o primer pensamiento negativo en el mismo momento de nacer.
¿Qué es la Ley personal?
Es el primer pensamiento negativo que se tiene en
el momento de nacer al entrar a la vida, de salir la entidad de un elemento
cálido y protector a uno “desconocido”, a través de un proceso traumático, del
que finalmente, siempre se sale triunfante.
Nacer y seguir viviendo, es nuestro primer triunfo
en la existencia
Tiene una similitud con el inicio de todo acto
importante en que por propia decisión o forzados, llevados por las
circunstancias, emprendemos. Podemos ser mayormente optimistas a cómo nos irá,
pero por ley de polaridad siempre se cuela una parte de pesimismo y viceversa,
lo que da pié al decir: “siempre hay una pega”, “nadie es perfecto”, etc., y es
aquí que usualmente la “ley personal” se manifiesta con más fuerza.
También el primer momento es análogo al otro acto
traumático : el morir, ya que pasamos de un estado de conocido, a desconocido,
llevados por la misma polaridad, que tiene de un lado el deseo de liberación y
del otro el miedo, la resistencia a ella. Pero finalmente, siempre acabamos
triunfando en el intento, ya que logramos hacer el tránsito a ese otro estadio.
También en esa resistencia mayormente está implicada la “ley personal”.
Morir, es el primer triunfo de haber pasado a otro
estadio del ser
Este primer pensamiento negativo que se tiene al
nacer, se establece como un “patrón” o “guión” de base a
partir del cual iremos construyendo nuestra existencia, algo así como la parte
de sombra que acompaña a la Luz que nos ilumina, o dicho con más precisión :
que SOMOS. Con ciertas reservas y distancias, se lo puede asociar al “pecado
original”, o una forma de “peaje” energético del tránsito del alma, por la
densidad de la materia.
Si bien la intensidad de este primer pensamiento no
es fácilmente mensurable, se lo puede descubrir por sus efectos,
tanto en las manifestaciones conscientes como
inconscientes de los componentes de nuestra Personalidad: Pensar,
Sentir, Querer, Hacer, que astrológicamente (siendo de la Astrología de donde
proviene esta interpretación), se asocia a los 4 elementos : Aire, Agua, Fuego,
Tierra, al que habría que agregar un quinto que es el éter o lo que permite que
se fusionen y sean operativos, -resultando de ello nuestro temperamento,-
nuestra forma de encarar la vida.
¿Cómo se descubre el “guión” en Renacimiento?
A lo largo de las sesiones, usualmente se procede a
un chequeo biográfico, teniendo en cuenta las pegas más o menos permanentes que
un individuo pretende tener, lo que no deja de desafiar al “arte” del
renacedor, resultando mayormente que se empieza con una supuesta “ley
personal” y trabajar sobre ella, quedando al individuo cambiarla tanto a lo
largo de las sesiones como a posteriori si ve que la causa mayor, es otra.
¿Cómo descubrimos el “guión” en nuestro caso?
A través del Tema Natal del sujeto, haciendo una
cuantificación de las energías en juego dado por los signos, las casas, muy
especialmente para el caso los 5 planetas y las ligazones que hacen entre
ellos, ya que es su “pattern” permanente, permitiendo saber por su
actualización, las alteraciones circunstanciales de las causas que indica el
Tema.
Esta información nos ayudará en el chequeo e
intercambio de impresiones que establecemos con la persona, a través del juego
de causas a efectos y de efectos a causas, con lo que su “ley personal” queda más
rápida y permanentemente establecida.
Los 5 planetas son: Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno, - Sol y Luna siendo la parte yang y ying de la energía, el
ciclo vital básico.
Los planetas transpersonales: Urano, Neptuno,
Pluton y otros componentes del Tema Natal figurando a la manera de matiz.
La razón de centralizarnos en esos 5 planetas la
encontramos en el proceso de morir y renacer de acuerdo a las enseñanzas
orientales (según trascripción de lo dicho en nuestro cuadernillo de
Astrología Kármica).
“…Antes de iniciar el proceso de reencarnar el alma
debe llevar su “registro akásico” (resumen de vida) que hizo al morir a las
leyes selectivas de la vida o como dice la Tradición, a los “Lipikas” (los que
llevan las cuentas del universo), que son 2, encargados de ir poniendo por
separado los actos buenos y malos para su posterior juicio.”(La versión
cristiana retarda este proceso hasta el “Juicio Final”).
“Posteriormente estos escogen entre esos elementos
(el karman del individuo) aquellos que pueden armonizarse entre sí en una
misma, posterior reencarnación, que determinará la trayectoria en que se
moverá, para luego ser almacenados en un depósito colectivo y ser finalmente
redistribuidos, -lo que hace de la reencarnación,- un proceso impersonal”.
“Este depósito tiene 5 planos o elementos, o
“conglomerados”, con los que posteriormente se formará al hombre, en cantidad,
calidad y proporción diversa”.
La actividad de estos 5 elementos genera energías,
lo que comienza más plenamente al momento de nacer o el comienzo de la
recepción del prana.
El conjunto de los conglomerados es una combinación
de:
• Forma
• Sensaciones
• Imaginación
• Construcciones subjetivas
• Estado de conciencia.
Esta combinación opera también en cada
conglomerado, a la manera de “todo está en el todo”.
“Los individuos manifiestan su persistencia por
intermedio de tal conglomerado de elementos que llama “Yo” y a través de la
combinación de ellos el Hombre está condicionado por sus acciones o karman.” (Véase
artículo: “karman y Darman” sección Astrología Kármica de PUERTA9).
Para proceder se busca el o los planetas que
pudieran estar más concernidos en aflicción, - sin por eso descuidar el
conjunto.
A manera de ejemplo tomemos algunas atribuciones en
que pueda estar base dada por cada planeta en la búsqueda de la Ley personal.
Si está involucrado Mercurio
Tendrá que ver con todo lo relacionado con los
procesos mentales, poca apertura a la incertidumbre, lo cambiante, la
improvisación, tal vez las relaciones y la ubicación en el entorno.
Si está involucrada Venus
Tendrá que ver con lo afectivo, la aceptación
social, la justicia, belleza, la paz interior y la capacidad de goce, la poca
capacidad de sacrificio o de hacer elecciones correctas.
Si está involucrado Marte
Tendrá que ver con el auto-respeto, el valor,
problemas de escaso o elevado índice de ego, el coraje de vivir, iniciar,
afrontar o su contrario la intolerancia, la ira.
Si está involucrado Júpiter
Tendrá que ver con la posibilidad de expansión,
libertad, el grado de suerte en este mundo, errores de juicio, de apreciación y
todo lo que toca a la mente superior, el sentido y manifestación de los
valores.
Si está involucrado Saturno
Tendrá que ver con la inhibición, la contracción,
la fatalidad, el miedo, el sentido de la nada, la intransigencia, los problemas
derivados del poder, de la soledad, de asumir compromisos.
Pares planetarios
A manera de ejemplo, si están involucrados
Marte y Saturno, tanto pueden actuar conjuntamente como freno, masoquismo, autodestrucción
o lo contrario: violencia externa, falta de escrúpulos, maldad.
El papel del Sol y la Luna
Como se dijo, prefiguran la Energía misma en su
aspecto yang y ying.
En el caso de la Ley Personal, no juegan en primera
instancia, pero están como trasfondo de las 5 energías planetarias.
El peso relativo de ambos en el Tema natal indicará
la proporción en que intervienen. Este peso relativo permite entre ambos, junto
con el Ascendente, ver cuál es de ellos el “hyleg” o dador de vida (y de
muerte).
Si el hyleg es el Sol, los planetas involucrados en
la Ley Personal tienen que ver más bien con la parte “extrovertida” de éstos y
si es la Luna, con la parte más introvertida.
Pero serán asimismo los luminares que indicarán el
soporte energético en que se apoya la Ley Eterna, que es lo que realmente hay
que buscar, en gran parte revirtiendo lo que la Ley Personal comporta.