LUNA EN LIBRA…
Representa a La Diosa HECATE…
Necesitan que se les trate con suavidad y que se
tengan siempre en cuenta sus opiniones.
En su búsqueda del equilibrio a veces caerán
en la indecisión…
En contra de la creencia popular, Hécate no fue
originalmente una diosa griega.
Sus raíces parecen estar entre los carios de Asia
Menor.
A medida que su culto se extendió a zonas de Grecia
se presentó un problema, dado que el papel de Hécate ya estaba cubierto por
otras deidades más prominentes del panteón griego, particularmente Artemisa, y
por personajes más arcaicos como Némesis.
En los papiros mágicos de la Antigüedad Tardía era
descrita con tres cabezas: una de perro, otra de serpiente y otra de caballo.
La triplicidad de Hécate se expresaba de una forma
más helénica, con tres cuerpos en lugar de cabezas.
Emergen entonces dos versiones de Hécate en la
mitología griega.
La menos conocida es donde Hécate es una
sacerdotisa mortal comúnmente asociada con Ifigenia, que desdeña e insulta a la
diosa, lo que la lleva finalmente a suicidarse. Artemisa adorna entonces el
cadáver con joyas y susurra para que su espíritu se eleve y se convierta en la
diosa Hécate, que actúa como espíritu vengador, pero únicamente para mujeres
heridas.
La segunda versión ayuda a explicar cómo Hécate se
ganó el título de «Reina de los Fantasmas» y su papel como diosa de la
hechicería.
Puesto que se le atribuyeron los dones de protección
frente al peligro y esa es la razón por la cual la encontramos en fronteras de
algunas ciudades griegas, como símbolo protector de la misma, y finalmente en
las puertas de las casas.
Con el tiempo, la asociación con el alejamiento de
espíritus malignos llevó a la creencia de que ofender a Hécate también los
atraía.
Así surgieron las invocaciones a Hécate como
gobernadora suprema de las fronteras entre el mundo normal y el de los
espíritus.
La antigua diosa griega es una de las deidades más
antiguas que ha sobrevivido a los diversos cambios de credo y continúa vigente
entre las brujas modernas.
Con el surgimiento del Neopaganismo y de la
práctica de la Wicca o brujería moderna, la antigua diosa Hécate fue extraída
del olvido e instaurada nuevamente en los altares, y a la cual se le atribuye
el don de ser una proveedora de justicia.
Rige sobre las semanas de luna menguante, periodo
en el que bajo su auspicio los hechizos para dar fin a algún asunto o para
la liberación, son más efectivos.
Sin embargo esta buena reputación es hasta cierto
punto novedosa, pues Hécate, la infernal, la amiga de la oscuridad, la que
pasea con los espíritus, fue durante mucho tiempo una potencia temible.